«No me considero políticamente incorrecto, aunque quizá el humor por definición lo es…»
Aarón Gómez, canario, cómico, monologuista, actor.
¿Qué es más fácil, hacer llorar o hacer reír a los demás?
«Supongo que depende de cada persona, hay gente con una facilidad innata para emocionar a los demás, para tocarles la fibra, y otros que genera rápidamente una sonrisa en quienes les rodean. Ambos tipos de personas son muy necesarios en una sociedad llena de escudos, porque son expertos en desnudar roles, en apartar capas y llegar a la naturaleza pura de la gente.
Yo personalmente creo que tengo más facilidad para generar la sonrisa en los demás que la lágrima, aunque como buen histérico de mi trabajo, siempre tengo la duda de poder conseguirlo, pero la comedia me parece una herramienta muy útil para coger las vivencias y ponerlas en otro lado, enfocarlas desde puntos de vista diferentes y asimilarlas.»
Desde pequeño, en el cole, ya despuntaba por sus dotes de humor, por su capacidad de observación, por esa facilidad que tiene para generar la broma, por su forma de jugar con el lenguaje… todo lo cual le propició subirse a los escenarios desde muy jovencito, siendo la comedia su gran carta de presentación.
Sin embargo, en sus primeros momentos, sufrió algunos problemas de integración debido a su capacidad de sentir las cosas con demasiada intensidad; Aarón no era partidario de demostraciones de fuerza o de competiciones de escupitajos a ver quien llegaba más lejos, simplemente era un chico diferente, creativo.
Tu humor gamberro ¿es producto de ese encorsetamiento que sufriste de pequeño en el colegio?, ¿lo consideras como una crítica a esa educación estandarizada ajena a cualquier ápice de creatividad?
«Puede que fuera una válvula de escape, o simplemente un tipo de lenguaje. La comedia surge por si sola, no es algo buscado o premeditado, si tiene algo de reivindicativo es porque ciertas cosas se dicen mejor con un chiste, se encajan mejor por parte del receptor. Aunque para determinadas personas el humor siempre es una falta de respeto, es vivir las cosas con poca intensidad, y no se me ocurre nada más inteligente, serio y comprometido que hacer un ejercicio de descomposición de la vida para poder trivializarla lo que se merece.»
Tocas el surrealismo más absoluto para criticar el sistema o es que ¿se trata de un costumbrismo políticamente incorrecto lo que se desprende de tu humor?
«No me considero políticamente incorrecto, aunque quizá el humor por definición lo es, pero soy bastante suave en mi forma de hacer comedia. Como te dije antes, sin buscarlo o premeditarlo. El costumbrismo nace de la propia observación, uno enfoca primero lo que tiene cerca, lo que conoce, lo que ha vivido y empieza a hablar de lo que sabe. Según avanza la carrera aparecen nuevos temas, nuevas reflexiones y se va evolucionando. Casi no me queda nada que decir sobre “lo nuestro”, y ahora estoy en un punto que me apetece comenzar a hablar de “lo de todos”.»
¿Tu crees que un chiste lo puede contar cualquiera?. ¿Tienes algún secreto para arrancar una sonrisa?.
«Está claro que hay personas a las que no les hace falta un chiste para hacer reír, gente con “vis cómica”, mi compañero Kike Pérez es un claro ejemplo de “gracia innata”, le he visto contar las más absurdas tonterías a mi lado, sin pies ni cabeza, y provocar la carcajada de cientos de personas. Después tenemos los casos contrarios, grandes constructores de chistes, sin el carisma o la capacidad de conexión con la gente suficiente para activar los engranajes que les hagan reír. Es lo genial de la comedia, que se mantiene en un punto intermedio entre lo intelectual y lo estúpido, y necesita de ambas partes para funcionar.
Yo personalmente creo que me encuentro en un punto intermedio entre tener gracia y ser gracioso, para aquellos a los que les gusto creo que encuentran a un cómico que piensa lo que dice y luego se deja llevar bastante, sin llegar a ser hilarante pero que construye un espectáculo variopinto donde siempre hay que mirar.»
Publicista y diseñador gráfico. Antes de subirte a los escenarios, ¿pensaste en la posibilidad de hacerte humorista gráfico?
«La verdad que el don para sintetizar que requiere ser un buen humorista gráfico no es uno de mis dones, como tampoco una buena mano para llevar lo que tengo en la cabeza al folio. Creo que si cuento entre mis virtudes con saber aquello que se escapa a mis posibilidades y disfrutar de los maestros.»
Forma de trabajo: ¿Cómo preparas tus números?, cuando te viene la inspiración ¿qué haces, lo anotas en una libreta, lo memorizas, te grabas a ti mismo, te fías solo de la memoria y la improvisación?.
«Soy bastante impulsivo, cuando me llega una idea la suelo sublimar rápido (así me sale), ojalá tuviera la paciencia que veo en otros compañeros, que le siguen dando vueltas hasta que es perfecto, yo necesito la gasolina que me da ese chispazo en el que la idea funciona mi cabeza y la llevo rápido al vídeo o al escenario, intentando no machacarla demasiado para que conserve la frescura que necesito para interpretarla.
Pero si, también tengo un bloc de notas donde hay apuntes que ni yo entiendo.»
Miedo escénico, pánico por quedarse en blanco, ¿se va perdiendo a medida que adquieres más tablas?
«En mi caso jamás. Quedarme en blanco no porque se que siempre tengo herramientas para continuar, como podría ser el propio hecho de explicarle al público que estoy en blanco, lo que de buen seguro ocasionaría risas. El miedo escénico siempre está presente, es necesario tener el nervio justo para salir al escenario, te hace estar preparado, tenso y comprometido con lo que vas a hacer.»
“Cómo yo te amo” ¿el mejor momento de tu carrera? A raíz de esta nominación a los Goyas cuentas ya con nuevos proyectos en la televisión y el cine? ¿Será la ocasión perfecta para experimentar otros registros como por ejemplo el drama?
«Me encantaría hacer drama, creo que detrás de todo cómico hay una buena tragedia que se ha digerido hacia la comedia. “Como yo te amo” me ha dado infinitas alegrías, y ha sido toda una sorpresa ver hasta donde ha llegado este trabajo de The Kitchen Films, de la mano de Fernando García Ruiz. Si que me ha dado una visibilidad impagable y han surgido ciertos contactos y bocetos de proyectos. Ojalá me de la oportunidad de seguir investigándome.»
Un humorista que te haya dejado huella:
«Manolo Vieira, Calero, Les Luthiers, Buster Keaton, Monty Python, Jim Carrey imposible elegir solo uno.»
Tu primer debut en público:
«En el colegio, a los 15, con una obra que hice para clase que se convirtió en una tragicomedia que hizo reír a todos y que me metió el veneno de querer repetir esa sensación de ”provocar felicidad”, y hasta hoy»
El primer premio recibido:
«Creo que fue en el Festival de Teatro Amateur de El Sauzal, por mi personaje de “Track” en una obra de mi hermano Abraham Gómez titulada “Escritofrenia”»
El público mas acogedor:
«En Canarias tenemos un público que te lleva en volandas, con muchas ganas de fiesta, sin duda, el mejor.»
La anécdota más divertida:
«Tengo pánico a las cucarachas, de hecho tengo tanto pánico que me cuesta decir la palabra “cucaracha” sin mirar de reojo. Una noche actuando con Kike Pérez en Teror una cucaracha voló directamente hasta golpear en mi cara, grité muy agudo y dejé caer un micro carísimo al suelo ante la mirada atónita del técnico de sonido. Kike me dijo, tranquilo, es una chopa, yo era la primera vez que oía el término “chopa”, y me autoconvencí de que sería un tipo de grillo gigante o algo así para poder continuar. Pero actué con picores y mirando todo el rato al suelo de la plaza.»
Tu tarea más difícil:
«La de conocerme a mi mismo, aceptarme en todos mis errores para poder empatizar con los de los demás, estamos en un momento en el que, ante tanta interacción con los demás, corremos el riesgo de aislarnos, de rechazar a la gente por sus opiniones, comentarios, creencias… recordar siempre que todos arrastramos una mochila llena de vivencias y ponernos en los zapatos de los demás es, seguramente, la tarea más compleja e importante para poder subsistir como especie.»
Confiesa, ¿te ries de ti mismo?
«Si no lo hiciera, no podría hacer este trabajo.».