Alfonso J. Sánchez Muñóz | Poeta
Según la RAE la deslealtad es la falta de lealtad y esta última es el cumplimento de las leyes de fidelidad y honor; del latín legalis: lo legítimo, lo que es de acuerdo a ley, humana o divina.
Laomedonte era rey de Troya. Fue un visionario respecto a la posición geo-estratégica que podría tener su ciudad en el tráfico de mercancías y personas entre el mar Negro y el Mediterráneo. Gracias a su simpatía, acudieron en la construcción de su necesaria muralla Poseidón, Apolo y hasta el mismísimo Hércules; conviniendo él con ellos regalos, ofrendas y un juramento de lealtad que incumplió reiteradamente. Por consiguiente, Apolo le envió la peste, que asoló la ciudad, Poseidón le mandó diversos tsunamis y Hércules se vengó dando muerte al mismo rey y a todos sus hermanos, excepto a Príamo, que era muy pequeño, y al que puso en el trono. Él sería uno de los protagonistas de la famosa guerra de Troya.
De Judas Iscariote ya conocemos toda la historia, referida por la mitología cristiana: su beso traidor y sus treinta famosas monedas de plata, tetradracmas con casi entera seguridad, y cómo acabó suicidándose en la horca.
Dante Alighieri, poeta florentino, es una de las mentes más brillantes de la historia. Escribió la Divina Comedia allá por el siglo XIV; un macro poema de una belleza y profundidad filosófico-teológica que en el siglo XXI sigue causando estupefacción a quien la lee. Consta de tres partes: Paraíso, Purgatorio e Infierno. Es en este último donde sitúa a nuestros protagonistas anteriores, porque sus pecados trascienden del plano humano al plano Divino.
Para Dante la deslealtad es el máximo pecado teológico, filosófico, social, político y poético. En el epicentro del Infierno está Lucifer, demonio de tres cabezas que mastica entre sus afilados dientes a los desleales, los traidores, los abjuros, los “mordedores de la mano que les dio de comer”, que gritan de dolor en una agonía eterna.
La deslealtad utilizada como medio de pago hoy en día supone el cáncer compromisario de cualquier relación establecida sobre la madurez y conocimiento de una persona con otra, con un fin o un principio y hacen que el desleal se mueva en un escenario sustanciado únicamente por posverdades: mentiras emotivas utilizadas para modelar o justificar un hecho.
Seamos leales y olvidemos posverdades si no queremos ser masticados en el centro del Infierno. n